Cartografía del cambio – Fogata I: La encrucijada invisible
No hubo señales en el cielo ni susurros extraños.
Tampoco se rompió nada.
Simplemente, un día se detuvo en medio del sendero.
Y aunque no había bifurcaciones claras, lo sintió:
Estaba en una encrucijada invisible.
No era un cruce de caminos geográficos, sino del alma.
Un límite interno donde lo conocido ya no ofrecía abrigo,
y lo desconocido comenzaba a llamarlo con una voz suave…
casi como si lo recordara.
No tenía miedo, aunque sí vértigo.
Como quien mira un paisaje nuevo desde una altura inesperada:
hermoso, pero incierto.
¿Seguir igual o comenzar distinto?
¿Renunciar al cómodo eco… para escuchar el susurro genuino?
Fue allí donde comprendió algo esencial:
Las decisiones más profundas no se toman en el ruido.
Se revelan en el silencio, cuando uno está dispuesto
a abrir una puerta que quizás no tiene manija—
porque se abre desde adentro.
Y entonces dio un paso.
No sobre tierra nueva, sino sobre su propio mapa.
Y cada paso que siguió dibujando…
ya no preguntaba por garantías.
Solo por autenticidad.
Desde ese día, cada acción llevaba otra luz.
No perfecta, no infalible… pero verdadera.
Y eso bastaba.
🕯️ Pregunta final para el lector:
¿Cuál es tu encrucijada invisible hoy?
¿Podés detenerte, escucharla… y empezar a dibujar tu nuevo mapa?
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